El futuro de la vivienda
En las próximas décadas veremos como, indiscutiblemente, se va produciendo un cambio en la tipología de vivienda demandada por la sociedad, y ello como consecuencia de causas de diversa índole:
- Aumento de la población, cada vez hay más gente ocupando espacio y este por desgracia es limitado. La población mundial crece a un ritmo vertiginoso, no porqué haya un repunte de nacimientos, ya que eso sí parece que se va ralentizando, sino por la mayor esperanza de vida. Se calcula que pasaremos de los actuales más de 7.300 millones de habitantes a 21.000 millones en el año 2100.
- Disminución del poder adquisitivo, cada vez más la masa social dispondrá de menos capacidad adquisitiva, los ingresos se irán reduciendo paulatinamente, y en consecuencia las familias verán reducida su capacidad de generar ahorro. Se vuelve a producir un fenómeno que ya se había dado tiempo atrás, y que algunos expertos en la cuestión han catalogado como "pobreza trabajosa", así el hecho de tener un trabajo ya no será garantía de no caer en la pobreza. Existen diversos motivos:
- Las nuevas tecnologías reducen puestos de trabajo a marchas forzadas, y aunque se calcula que en estas décadas que vendrán aparecerán nuevas profesiones, pensemos en las más recientes como bloggers, youtubers, influencers, coaches, growth hackers ..., seguirán apareciendo otras desconocidas por el momento, que a día de hoy no son ni tan siquiera imaginables, también es cierto que no será necesaria tanta mano de obra sin cualificación específica, puesto que la nueva mecanización tecnológica precisamente resulta útil por el abaratamiento de costes de producción.
- Precarización de los puestos de trabajo, una inmensa mayoría de trabajadores dejarán de ser útiles y consecuentemente sus rentas se verán reducidas. Ya no serán necesarias las largas jornadas de trabajo, el trabajo a tiempo parcial se convertirá en una máxima, se contratarán trabajadores solo para el tiempo que sean necesarios, precisamente buscando la minimización de los costes.
Con todo ello es evidente que las rentas no aumentarán, ya vemos trabajos en precario, mini jobs, en definitiva trabajos de mera subsistencia, y consecuentemente la gente no podrá permitirse grandes espacios destinados a vivienda, sino más bien pequeños espacios básicos y prácticos, cuya inversión no se excesiva, sino asequible, para cubrir las necesidades primarias de techo-refugio.
A lo largo de la historia de la Humanidad nunca la cuestión de la vivienda fue una necesidad tan importante como en el último siglo, se ha vivido al cobijo de cuevas, chozas, barracas, tipis ... si bien el aumento del bienestar en un sentido amplio supuso una mejora en el acceso a viviendas más estables y cómodas, con mayores prestaciones, y en definitiva más dignas, y cuan mayor ha sido el nivel de bienestar económico y social mayores han sido las pretensiones sobre mejores viviendas, más espaciosas, con más detalles, huyendo quizás de su función más práctica en pro de una función más lujosa u ostentosa.
Por otra parte, en cuanto a nuestra Comunidad Autónoma, precisamente esta misma semana salía publicado en prensa autonómica (Ultima Hora miércoles 3 abril, Nekane Domblás) una realidad que poco a poco se está imponiendo, y cito literalmente"el problema de la vivienda obliga a 15.000 familias de Balears a compartir piso", y entre otras informaciones también de gran interés es de destacar que "un 30 por ciento de los hogares esta compuesto por una pareja" o que "el 23,6% de la población balear vive sola" o que "en Balears vivían el año pasado un total de 106.600 personas solas", siendo que todo ello no hace más que perfilar la tendencia que venimos exponiendo.
Así pues, parece lógico pensar que quienes inviertan en pequeña vivienda, práctica, funcional, adecuada, fácilmente convertible, básica ...puedan ver rentabilizada su inversión por el progresivo aumento de la demanda que sufrirán dichas viviendas, no solo para la reventa, sino también en el mismo sentido para destinarla al alquiler, de hecho ya han empezado a aparecer nuevos enfoques de arrendamiento de espacio, aún en el modo más básico, como el alquiler de habitaciones que hasta hace poco era un terreno principalmente destinado al sector estudiantil ya empieza a abrir sus puertas de par en par a otros sectores de la población para dar solución, o quizás beneficiarse de la problemática.
Llevamos más de 40 años con la Constitución Española de 1978, con su famoso artículo 47 que consagra "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada ...", y así seguimos, las Administraciones no han trabajado en exceso en este tema, quedó bonita dicha consagración pero no deja de ser un "brindis al sol" y así seguirá, por desgracia los políticos de turno solo se acuerdan del tema en periodo electoral.








